martes, 23 de agosto de 2011
mediocres versus GENIOS
En el mundo de la creatividad nadie es el dueño; nadie lo sabe todo ni lo ha inventado todo. Eso, de antemano. La persona creativa nace, no se hace. Tiene esa suerte, ese don innato que brilla desde que los genes se ponen de acuerdo en el momento de la creación del ser humano. Es, como otras tantas cualidades humanas, un capricho del azar. Por eso sólo está presente en algunas personas afortunadas.
GENIOS. Hay algunas personas que tienen la suerte de trabajar gracias a su creatividad o su ingenio, afortunadas son, pues abren el camino y sientan las bases para facilitarles las cosas a muchas, muchísimas personas. Nunca se les agotan las ideas; es más, se les ocurren a cualquier hora, en cualquier momento. No dudan en ponerla en conocimiento de los demás porque no tienen complejos ni tabúes.
MEDIOCRES. Si nos ponemos de parte del mediocre, es decir, de prácticamente todo el mundo, copiar al ingenioso es lo fácil, es una forma de aprender, es lo que nos toca, porque todos no podemos ser igual de creativos. Por eso copiamos. Lo que pasa es que algunos nos dignamos de vez en cuando a alabar a los maestros, a nuestros gurús, esos guías espirituales iluminados. Por cierto, escribo en plural no porque copie en mi trabajo -cosa que no tiene cabida- sino porque me considero persona normal, nada de GENIO -que nos conocemos. Al menos, decía, cuando copiemos, digamos de quién partió la idea, seamos honrados y honestos, que no cuesta nada. Saquémonos de la cabeza esa extraña idea de "lo copio pero pongo mi nombre porque nadie va a saber que lo ha hecho otro". Hipócrita. Ridículo. Absurdo. Así es quien procede de ese modo. El mediocre no puede asemejarse en la vida al GENIO, nunca le hará sombra porque siempre habrá llegado tarde, siempre el GENIO habrá destacado antes y habrá llegado más lejos pese a que en principio no lo parezca.
Querido GENIO:
Sigue adelante con tu paciencia, tu templanza y tu creatividad dejando boquiabierto al mediocre (va en minúsculas porque no merece destacar), acállalo, arrincónalo, que es lo que se merece. Sabes de sobra que te copia porque no da para más, no puede ni siquiera reconocer dónde reside su verdadera inspiración. Está limitado. Estamos limitados, por eso los GENIOS no son tratados como tales. Practiquemos la libertad de opinión, si puede ser.
Publicado por
Eloísa Reyes
en
21:11


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