jueves, 5 de mayo de 2011

Puta, reputa si potes

Ahora lo veo todo más claro. He pensado, he recapacitado y me he reciclado. He profundizado en una de mis sentencias latinas favoritas: puta, reputa si potes,  que lejos de ser una ordinariez bárbara, anima al hombre (y por ende a la mujer, por si acaso) a hacer uso de su sapiencia.
Lo blanco no tiene por qué ser siempre blanco, así que mis ideas acerca de la res publica y del zoon politikon no iban a ser más. Si hay algo que me ha enseñado el tiempo, esa porción de mi vida que he dedicado a según qué menesteres, es que no es oro todo lo que reluce, que a veces las apariencias engañan y que al rey lo del rey y al César lo del César.
En este breve pero intenso escrito dejo constancia de mi evolución intelectual y pongo de manifiesto mi escepticismo político ante la que está cayendo en todos los panoramas posibles. No doy crédito a la pasividad de la clase política -sea del color que sea- y a la inoperancia de la masa invertebrada que forma nuestro país. No sé hacia dónde nos dirigimos ni con qué resultados, pero me gustaría poner de relieve las posibles causas de este maremagno: la intolerancia, la falta de respeto, el fracaso escolar, la falta de honestidad, la mediocridad, la envidia, la avaricia, la mentira, la hipocresía. Si nadie hace hincapié en solventar estos males, mucho me temo que nuestra situación será desdichada durante mucho tiempo.
Cogito, ergo sum.

1 comentario:

  1. Si es una de tus sentencias favoritas deberías saber que es griega y no latina.

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