El mundo de la informática se ha rebelado contra mí. Lo llevo notando desde hace unos días. Y no quiero que esto suene a excusas, porque no publico en el blog desde el viernes. No es una excusa, pero la verdad es que tanto en casa como en el trabajo y hasta en el móvil la red de redes no quiere estar a mi alcance.
Siempre ocurre, es como la ley de Murphy, pero trasladada al mundo tecnológico: cuando Internet no tiene que estar, no está. Y cuando el ordenador (portátil o de sobremesa) y el móvil se tienen que quedar colgados, se quedan. Y no hay más vuelta de hoja.
Luego viene lo mejor. Lo llevas al técnico y te dice: "ya está arreglado". Pero luego llegas a tu casa, lo enciendes con ganas de hacer las mil y una tareas y... ¡voilà! no funciona. ¿Será posible? ¡Maldito cacharro! ¡Pero si estaba listo! Pues no. Al menos hasta que vuelves a quedar con el técnico, éste lo vuelve a encender y te dice en tu cara: "¿qué dices que le ocurre? Esto va bien, aquí no hay nada extraño". Y se te queda una cara de póquer...
Es lo que hay, es la dictadura de los informáticos y técnicos. O estás con ellos... o estás con ellos. Es lo que tiene vivir en un mundo conectado por la fibra óptica, dependemos de ellos para casi todo. A ver, que levante la mano quien no tenga en casa: un frigorífico con pantalla táctil, un ordenador, una tele H-D táctil, un móvil táctil, un reproductor DVD, una lavadora con pantalla, ¿sigo? No, porque si no acabo por caer en la cuenta de por qué la factura de la compañía eléctrica es tan desmesurada.
Frente al cambio climático hay opciones: se puede reciclar y ahorrar agua, pero ante la dictadura de la informática no se me ocurre nada. Sólo basta un ejemplo, una noticia que he escuchado hoy en la tele (digital): en una parte de Málaga capital ha habido una interrupción en el suministro de fibra óptica durante unas horas y no se podía sacar dinero del banco, atender a los usuarios del centro de salud, renovar el DNI... vamos, un caos.
No sé cómo acabará todo este entramado dependiente de la fibra óptica, del Giga y del 3G, pero lo que sí es cierto es que... debería haberme hecho informática. Lástima que no me gusten los números, porque al fin y al cabo es cierto algo que alguien me dijo: "si no puedes con el enemigo, únete a él".
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