Hace unos días unos niños me preguntaron con gran curiosidad:
-Elo, ¿qué es un mitin?
Al parecer vieron en una plaza de Pilas una amalgama de cables, micrófonos, fotografías y altavoces y no sabían muy bien qué significaba todo ello en aquel enclave. Cuando me dieron detalles de aquella situación contesté que se trataba de los preparativos de un mitin. Inmediatamente después de escuchar semejante palabreja, me asaltaron con la pregunta con que he comenzado este texto.
Y he de decir que tuve que pensar la respuesta, pues a unas criaturitas de seis años -y a los niños en general- no se les puede responder cualquier cosa ante sus dudas. Les dije que un mitin era una reunión de personas y de políticos para hablar de sus ideas, porque pronto tendrán lugar las elecciones, pero volvieron a pedirme respuestas, pues no sabían qué pasaba en dichas elecciones. Así que les comenté lo que sucedía: cada cuatro años, una serie de señores se presentaban como candidatos a ser alcaldes del municipio y se reunían con los vecinos para mostrarles sus ideas y convencerlos de que son los mejores.
-¿Y por qué cada cuatro años? ¿No es mejor que sea cada día uno distinto y así no hay peleas?
Ese planteamiento me cautivó. Pero pronto una pequeña dijo:
- ¿Y por qué tienen que hacer mítines?
Eso digo yo, por qué. Como si no supiéramos lo que nos van a prometer, como si no supiéramos qué soluciones han incluido en sus programas electorales. Como si no llevasen meses haciendo campaña particular, cada uno a su manera, donde quieren y donde pueden.
Pero es tiempo de campaña y toca hacer mítines. A pesar de ello, si comparamos los programas electorales de todos los partidos que concurren a las urnas dicen prácticamente lo mismo, así que le doy la razón a los niños: no son necesarios los mítines; los hechos son los hechos y las promesas, promesas.
Todo parecía apuntar a que la próxima pregunta sería qué es la política, pero afortunadamente este tema resultó nimio a estos chiquitines, así que se fueron comentando lo raro que era todo eso. Y yo respiré tranquila por no tener que seguir contestándoles de forma tan aséptica e instructiva.
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