miércoles, 11 de mayo de 2011

Algunas nociones sobre dos generaciones opuestas

Somos muchos los jóvenes que pertenecemos a la que han llamado la generación más preparada de toda la historia de España. Poseemos carreras, cursos, algún que otro máster, conocimientos de idiomas, de informática, etcétera, pero no tenemos el puesto de trabajo que deberíamos tener. Muchos, ni siquiera tienen empleo. Huelga decir que esta situación no es agradable, pues no nos dejan desenvolvernos en la sociedad con la libertad que quisiéramos. Estamos muy, muy pero que muy preparados para ejercitar nuestras funciones, para eso nuestros padres se han partido la espalda pagándonos los mejores estudios, las carreras que con mucha ilusión hemos estudiado concienzudamente durante algunos años. Nuestros padres, al igual que nosotros, han tenido la ilusión de que su sacrificio se viera recompensado; ellos querían que nosotros hiciéramos realidad nuestro sueño y fuéramos buenos profesionales, con eso se conformaban. Pero no, se han tenido que conformar, al igual que nosotros, con hacer un gran esfuerzo económico para vernos reemplazados por una sociedad que se cree que no nos necesita y nos relega a un puesto de trabajo muy inferior al que podemos aspirar. Parece que no son suficientes los cursos, los idiomas, los nervios por los exámenes, los días de encerrona delante del escritorio y bajo la luz del flexo esperando que llegara el día en que una empresa nos diera la oportunidad.
A los que pertenecemos a esta generación desengañada, igual que a nuestros padres, nos queda la esperanza de que algún día podamos demostrarle al mundo que somos capaces de ejercer. Muchos han optado por emigrar, como en la década de los sesenta hicieran en nuestro país, sólo que, al igual que cincuenta años atrás, estos compañeros de facultad y amigos que hicieron las maletas han encontrado su sitio y ahora se sienten realizados. Me alegro por ellos y de que al menos fuera de nuestras fronteras acepten esta máxima.
Aquí parece que prefieren a los ni-nis, esos jóvenes que nacieron cinco o seis años después que nosotros y que, en lugar de aprender algo de Lógica, Inglés o Literatura, han preferido seguir a pies juntillas la programación de Telecinco y se han convertido en una masa que absorbe sin pudor la vida de Belén Esteban y otros ciudadanos ejemplares de nuestro país. Eso le conviene a los que mueven los hilos de nuestra sociedad: a los políticos y a los empresarios. -sobre todo a los de Mediaset. A los primeros, porque esta gente no piensa ni tiene en mente hacerlo, sólo se preocupan por pintarse un ojo, por sacarle brillo a la web cam o hablar de los nuevos modelitos del Bershka o del Stradivarius. Que eso no está mal, que a mí también me gusta hablar de moda y de la imagen -vamos, que un día de estos preparo un monográfico del mundo fashion-, pero no dan para más, y eso es lo que me entristece. A los segundos, porque se ahorrarían pagar a personal cualificado. Sin embargo, este círculo vicioso no augura un panorama precisamente positivo, me da miedo ese gran vacío intelectual en un país tan grande y con una riqueza cultural ancestral. Me da pena de sus padres, que ni siquiera han podido soñar, como los nuestros, con ver a sus hijos ejerciendo de profesores, abogados, psicólogos, etcétera.
Nosotros, los que hemos nacido en los ochenta, llevamos en los genes el espíritu del sacrificio, del inconformismo, de la responsabilidad y del ir más allá. Ellos no. No sé cómo encajar que el 54% de los jóvenes de hoy no tengan ni ilusión ni proyectos de futuro, según datos del periódico El País. Lo peor de todo es que este fenómeno de desánimo frente a la naturaleza vitalista y combativa de este sector de la población está aumentando.
Pero vuelvo al tema inicial para agradecerle a nuestros padres que hayan estado detrás de nosotros para aportarnos lo mejor de ellos. No me gustaría verme imposibilitada a hacer realidad los sueños académicos de mi descendencia, aunque no sé si con este panorama laboral -cuanto menos, de incertidumbre y precariedad- será posible darle lo que considero la mejor herencia que un padre puede dar a un hijo: los estudios.
No quisiera acabar este artículo en un tono tan decadente y pesimista; que le quede claro al mundo que los que pertenecemos a esta generación tan cualificada vamos a dar lo mejor de nosotros y no vamos a dejar de luchar hasta ver nuestros sueños realizados, aunque tengamos que tragar saliva cuando vemos a los intrusos haciendo nuestra labor o a gente totalmente inepta que goza del visto bueno de unos pocos disfrutando de un nivel que no les corresponde. Quiero pensar que el tiempo pone a cada uno en su lugar.

7 comentarios:

  1. Maravilloso,maravilloso y cuanto de real pero he escuchado esta mañana en la radio que estamos mejor que hace diez años y yo me preguntaba, de qué país estará hablando este pobre hombre?

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  2. Hola! gracias por acordarte en tu articulo de los que hemos emigrado y por recordar que nuestra generacion es una luchadora y que terminara teniendo su justo sitio. un saludo

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  3. Tengo la inmensa suerte de tener a la mejor familia y a los mejores amigos del mundo. Os quiero y no os podría olvidar por lejos que estéis. Por cierto, Inés, seguro que en la radio se referían al tema de las comunicaciones, donde sin duda estamos mejor que hace diez años...

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  4. `Panis et circensis´ mi querida escritora (perdón por la confianza).
    Aunque viendo el panorama optimista, no les puede ser más desolador... con suerte obtendrán un "buen trabajo" que les permita esa cadena perpetua tambien llamada hipoteca y algún escarceo llamado vacaciones.
    Hemos pasado del hipertitulismo (o también llamado anti FP), he de decir que soy de una decada anterior a la tuya, a un desastre en el actual programa educativo. Añadiendo la falta de cualquier tipo de industria que potencie la economia nacional, pues da como resultado la apatia reinante.
    Pero mientras haya un Madrid-Barça o viceversa por que pensamos... Panis et circensis
    Fdo. Tu anónimo

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  5. No puedo estar más de acuerdo contigo. El ejemplo del fútbol es clave.

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  6. ^__* buen apunte anonimo anticipado...resumen: tanto monta monta tanto...

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  7. Me gusta el Blog. Es cierto que el tiempo pone a cada cual en su sitio...También es cierto que a veces las generaciones son totalmente opuestas o al menos sino opuestas, de la misma raiz aunque "matizadas"...
    Te doy mi enhorabuena Eloisa, por tus opiniones, en otros tiempos dar la opinión suponia un tiro en la cabeza, a veces incluso, el tiro en la cabeza era simple y llanamente por el placer de asesinar, como periodista habrás indagado en el pasado, y sabrás a lo que me refiero...Te felicito.

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